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PRESENTACION INSTITUCIONAL

sábado, 7 de junio de 2008

Formulación de un modelo teórico de la calidad de la vida desde la psicología


Univ. Psychol. Bogotá (Colombia) 3 (1):
89-98, enero-junio de 2004 ISSN 1657-9267
FORMULACIÓN DE UN MODELO TEÓRICO
DE LA CALIDAD DE LA VIDA DESDE
LA PSICOLOGÍA

SERGIO TRUJILLO*, CLAUDIA TOVAR, MARTHA LOZANO**
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

RESUMEN
El presente artículo es un modesto aporte teórico al estudio de la calidad de la vida durante el ciclo vital, haciendo
énfasis en la adultez mayor. Su escritura colectiva es fruto de los debates llevados a cabo durante los dos años de
vida del proyecto de práctica social «Calidad de Vida y Ciclo Vital» de la Facultad de Psicología de la Pontificia
Universidad Javeriana, uno de cuyos propósitos es indagar respecto de las dimensiones psicológicas de la calidad de
la vida. Luego de recoger algunos fundamentos teóricos del proceso seguido en equipo, se hace la formulación de
un modelo que propone una integración dinámica de las dimensiones, especialmente de las psicológicas, que inciden
en la calidad de la vida. Se sugiere una agenda de trabajo a partir del modelo propuesto.
Palabras Clave: Ciclo vital. Calidad de la vida. Adultez mayor.
ABSTRACT
The present article is a modest theoretical contribution to the study of the quality of life over the life cycle span,
with emphasis on the older adult. The collective writing is the result of debates which took place during the two
years of the social practice project «Quality of Life and Life Cycle Span» carried out at the Psychology Faculty of
the Pontificia Universidad Javeriana, which had as one of its objectives the investigation of the psychological
dimension of the quality of life. The teamwork consisted in the compilation of some theoretical fundamentals of
the process, after which a model is formulated proposing the dynamic integration of the dimensions, especially the
psychological, which affect the quality of life.
Keywords: Life cycle span. Quality of life. Older adult.
* Correo electrónico: sergio.trujillo@javeriana.edu.co
** Agradecemos a todos los estudiantes que participaron en el proyecto
90 SERGIO TRUJILLO- CLAUDIA TOVAR- MARTHA LOZANO
Univ. Psychol. Bogotá (Colombia) 3 (1): 89-98, enero-junio de 2004

Introducción
Una primera revisión de las investigaciones
sobre la calidad de la vida en el mundo, muestra
que las disciplinas interesadas en su estudio desde
hace más tiempo son la economía, la filosofía y la
política. Desde la economía, además de profundos
aportes teóricos, se han construido indicadores
que buscan reflejar en cifras, aspectos cuantificables
de la relación entre los bienes, los servicios y la
satisfacción de las demandas de la humanidad. Los
filósofos participan en el debate sobre el tema
precisando, entre otros, conceptos tales como
calidad, calidad de la vida, bienestar, calidad
subjetiva y objetiva, justicia, equidad, y
preguntándose si es posible la evaluación de la
calidad de la vida. El concierto interdisciplinario
acerca de la calidad de la vida se ha venido dando
gracias a la convocatoria que los políticos realizan,
buscando dar respuestas al apremio de millones
de personas deseosas de mejorar su calidad vital.1
Por su complejidad,es decir, por los múltiples
factores y dimensiones que componen la calidad vital,
es necesario para su comprensión y
conceptualización, elaborar miradas interdisciplinarias
y transdisciplinarias. Sobre ella todas las disciplinas
tienen algo que decir. ¿Qué puede decir la psicología?
¿Tiene algo que decir la psicología evolutiva? Teniendo
en cuenta que el curso de la vida lleva consigo
ganancias y pérdidas para las personas, es válido
preguntarse: ¿cómo entender, evolutivamente, el
bienestar y la satisfacción con la vida? Parece que las
personas, a lo largo de la vida, van adaptándose y
asumiendo nuevos roles: lo que es importante a los
veinte años deja de serlo luego y nuevos papeles
sociales cobran importancia (Fernández-Ballesteros
1999). El ser humano durante toda su vida está
cambiando estados pretéritos para conquistar otros
nuevos (De Brigard, 2000). En cada momento
evolutivo hay una crisis distinta, relacionada con las
anteriores y con las siguientes, cuyas exigencias son
también diferentes. (Erikson, 1981). Por ello, al hacer
un balance de la calidad de la vida, es importante
considerar tanto los estados y procesos internos o
subjetivos como los estados y procesos objetivos o
externos, teniendo en cuenta múltiples cualidades y
condiciones vitales del hombre (Contreras, 1985),
tales como factores sociales, culturales, históricos,
económicos, políticos y claro, biológicos, y
psicológicos, que constituyen la vida y el desarrollo
de los seres humanos.
En el proceso histórico del estudio de la
calidad de vida, se aprecian cambios significativos
en cuanto a la forma de concebirla y evaluarla.
Uno de los más importantes ha sido el de ir más
allá de los datos estadísticos que constituyen
indicadores simples, tales como el Producto
Interno Bruto (PIB) o el Ingreso Per Capita (IPC).
En algunos estudios recientes sobre la calidad de
vida y para la formulación y la evaluación de
políticas de desarrollo, cada vez más se prefieren
índices compuestos,2 con la pretensión de dar
cuenta de la complejidad de la materia. Otros
factores cruciales que entrañan la calidad vital y el
desarrollo humano, tales como el bienestar
subjetivo, la participación en la vida familiar o en
la comunidad, la posibilidad de gozar de una vida
autogestionada, larga y sana, las relaciones
intergeneracionales, entre otros aspectos, pueden
convertirse en puntos de referencia para la
formulación de políticas adecuadas en la
promoción del mejoramiento de la calidad de la
vida desde una perspectiva integral.3-4
Hay un hito en el estudio de la calidad vital
en América Latina, que es digno de resaltar, no
solo por su cercano origen cultural y geográfico,
sino también por su claridad conceptual, por la
plasticidad de sus formulaciones, por la precisión
acerca de cuestiones nucleares y por su potencia
heurística e inspiradora para la acción. Al concebir
la calidad de la vida como la interrelación dinámica
1 En este sentido se ha vuelto clásico el libro «La Calidad de Vida», (1996) compilación de Amartya Sen y Martha Nusbaum,
editado por Naciones Unidas y el Fondo de Cultura Económico, en el cual se recogen las ponencias presentadas en el wider por
un grupo de pensadores, en su mayoría filósofos y algunos científicos sociales.
2 A propósito vale la pena considerar la reflexión que se hace en los primeros capítulos del Trabajo de Tesis de Grado: «Calidad
de Vida: transición de la academia al trabajo». Giraldo, León, Velasco y Dulcey-Ruiz. 1999. Facultad de Psicología – PUJ.
3 Op.Cit.
4 En el libro Desarrollo a Escala Humana, Max Neef, Hopenhayn y Elizalde aclaran, respecto de los indicadores: «...De allí que
nuestro primer y desesperado esfuerzo ha de ser el de encontrarnos con nosotros mismos y convencernos además, de que el
mejor desarrollo al que podremos aspirar - más allá de cualesquiera indicadores convencionales que, más que nada, han servido
para acomplejarnos - será el desarrollo de países y culturas capaces de ser coherentes consigo mismas.» Página 10.
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FORMULACIÓN DE UN MODELO TEÓRICO DE LA CALIDAD DE LA VIDA DESDE LA PSICOLOGÍA 91
de las necesidades con sus satisfactores y con los
bienes económicos, Manfred Max Neef, Antonio
Elizalde y Martín Hopenhayn,5 elaboran una
original manera dialéctica de pensar la interacción
entre necesidades y con sus satisfactores. Ellos
entienden dichas necesidades no sólo como
carencias sino como potencialidades humanas
individuales y colectivas, que son finitas, múltiples
e inter-dependientes y pueden satisfacerse a niveles
diferentes y con distinta intensidad, en relación con
uno mismo, con el grupo social y con el medio
ambiente. Los autores organizan las necesidades y
sus satisfactores en una matriz que permite
establecer relaciones entre la naturaleza existencial
y la naturaleza axiológica de las necesidades.
También sistematizan sus satisfactores (que son
formas de ser, estar, tener, y hacer, individual y
colectivamente para realizar o actualizar las
necesidades); y los bienes económicos (en los que
se materializan los satisfactores y que afectan su
eficiencia). El umbral de actualización de las
necesidades puede ser alterado por la eficiencia
de los satisfactores, en términos de objetos y
artefactos que constituyen los bienes económicos.
Al contemplar la matriz6 (taxonomía) que
resulta de cruzar los dos tipos de necesidades:
axiológicas (9) y existenciales (4), con sus 36
celdillas, y los posibles satisfactores para cada una,
(siendo, además, los satisfactores de diferentes
tipos), queda manifiesta una nueva teoría de la
motivación humana. En esta taxonomía las
necesidades se ubican, como se decía, según
categorías existenciales en Ser, Tener, Hacer y Estar
y según categorías axiológicas en Subsistencia,
Protección, Afecto, Entendimiento, Participación,
Ocio, Creación, Identidad y Libertad.
Los satisfactores, por su parte, según sus
características pueden ser exógenos o endógenos.
Los primeros son de carácter ritualizado, son
impuestos, inducidos o institucionalizados. Dentro
de estos se encuentran los: a) destructores: aniquilan
la posibilidad de satisfacer la necesidad en un plazo
mediato o inmediato e imposibilitan la satisfacción
adecuada de otras necesidades, b) Pseudosatisfactores:
estimulan una falsa sensación de
satisfacción de una necesidad, c) Inhibidores:
Dificultan la posibilidad de satisfacer otras
necesidades, y d) Singulares: apuntan a la
satisfacción de una sola necesidad. Los segundos
son de carácter contra-hegemónico, ya que han
sido tradicionalmente impulsados de abajo hacia
arriba y revelan el devenir de procesos liberadores.
Dentro de éstos se encuentran los Sinérgicos que
estimulan y contribuyen a la satisfacción simultánea
de varias necesidades. Max Neef, Elizalde y
Hopehayn plantean que «La calidad de vida dependerá
de las posibilidades que tengan las personas de satisfacer
adecuadamente sus necesidades fundamentales.»7
Para estos autores el desarrollo humano es
un proceso dirigido a ampliar las opciones que
los individuos tienen para la satisfacción de sus
necesidades fundamentales y, de esta manera,
construir mejores niveles de bienestar. Aclaran los
autores que un desarrollo orientado hacia la
satisfacción de las necesidades no puede imponerse
ni darse de arriba hacia abajo, sino que «Solo puede
emanar directamente de las acciones, aspiraciones y conciencia
creativa y crítica de los propios actores sociales que, de ser
tradicionalmente objetos de desarrollo, pasan a asumir su
rol protagónico de sujetos.»8 En el desarrollo, se articulan
armónicamente su dimensión personal con su
dimensión social, si se pueden lograr niveles
crecientes de autonomía y auto dependencia,
haciéndose posibles la integración de lo micro con
lo macro, de la dirección ascendente y la
descendente, de lo local y lo internacional.
Teniendo en cuenta la amplia gama de
posibilidades existentes para suplir una necesidad
dentro de la taxonomía sugerida por Manfred
Max Neef y sus colaboradores, se evidencia que,
dentro de tal diversidad, existe un carácter
individual para cada ser humano, una identidad
singular que incide en la elección del(os)
satisfactor(es) de su(s) necesidad(es). Tal carácter
está ligado al estilo de cada individuo. Para describir
el estilo es útil considerar la propuesta de Slaikeu
(1996),9 cuando formula el funcionamiento «CASIC»
compuesto por la forma de pensar (C de
5 Op. Cit.
6 Op. Cit. Ver tabla anexa
7 Op. Cit. Página 29
8 Op.Cit. Página 49
9 Intervención en Crisis
92 SERGIO TRUJILLO- CLAUDIA TOVAR- MARTHA LOZANO
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Cognoscitivo), de sentir (A de Afectivo), lo
somático (S), de relacionarse (I de Interpersonal)
y la manera de comportarse (C de Conducta).10
Los estilos podrían también definirse como las
posibilidades de auto-expandir o auto-limitar los
requerimientos de diversos satisfactores, en el
sentido de aplazar o adelantar la satisfacción de
una necesidad, modificar la forma o intensidad
necesaria para satisfacerla, subordinar unas
necesidades a otras y adaptarse a nuevos
contextos.11 El estilo de vida, aunque cuenta con
la estabilidad propia de los hábitos o las
costumbres, es cambiante, móvil y dinámico, pues
está influido por el ambiente, las experiencias de
vida y las decisiones de cada uno. Los estilos de
vida se modifican a veces de forma gradual, a
veces de forma repentina. Algunos cambios
reflejan una decisión consciente de seguir otro
estilo de vida, otros se derivan involuntariamente
de otras decisiones, y algunos son determinados
por cambios externos.12
Por tanto, las posibilidades de actuación de
los estilos están, en parte, ligadas a las condiciones
externas al sujeto, las cuales hacen parte de su
familia, de su vecindario, de su lugar de trabajo,
de su ciudad y que también son históricas, socioculturales,
económicas y políticas. Estas
condiciones le permiten o le impiden acceder a
satisfactores. Estas condiciones, entonces, están
constituidas no sólo por los entornos más
inmediatos al sujeto (microsistemas) sino también
por las interconexiones entre esos entornos (mesosistemas)
y por aquellos influjos en los que no
participa el sujeto directamente pero que le afectan
de una u otra forma. A tales condiciones.
Bronfenbrenner les llama macro-sistemas y exosistemas.
Destaca que el curso de la vida de un ser
humano, con todo lo que en él cambia y todo lo
que en él se conserva, muestra momentos de
transición13 entre estados de relativa estabilidad.
Unos y otros caracterizables y con repercusiones
diferenciales sobre la calidad vital.
En relación con los diferentes determinantes
del desarrollo, Baltes (1983) plantea tres tipos de
influencias: normativas relacionadas con la edad,
normativas relacionadas con la historia y no
normativas. Las primeras hacen referencia a
factores biológicos o sociales que se relacionan
con la edad y con el género. Las segundas tienen
que ver con la historia y cobijan sucesos que tienen
lugar en un momento histórico y afectan a una o
varias generaciones. El tercer tipo de influencias,
no normativas, hacen referencia a acontecimientos
singulares, que afectan a personas o a pequeños
grupos, y que por tanto, no constituyen normas.
Estos tres tipos de influencias crean los contextos
en los cuales los individuos actúan, organizan su
propio desarrollo y contribuyen al desarrollo de
otros.14 En los planteamientos de Baltes hay
sintonía con los planteamientos de
Bronfenbrenner, respecto de los cronosistemas, o
dimensiones temporales del desarrollo, las cuales
presentan un carácter biográfico cuando se
enfocan en el desarrollo ontogenético, y un carácter
histórico cuando aluden a los acontecimientos del
tiempo colectivo. Biografía e historia son vectores
que se influyen recíprocamente. Desde la
perspectiva del Ciclo Vital se concibe el
envejecimiento como un proceso que se extiende
desde la concepción hasta la muerte y que está
determinado por factores biopsicosociales, que
interactúan entre sí.
Desde cuando Joseph Nuttin15 recopiló
críticamente algunos de los principales modelos
de la motivación, quedó recogida buena parte de
la discusión respecto de aquellas acciones
10 Es hermosa la coincidencia entre esta forma de concebir «lo psicológico» con el «sentir, pensar y actuar» que plantean algunos
filósofos respecto de lo subjetivo y con el nombre de la prueba construida por Elisa Dulcey-Ruiz y sus colaboradores para
evaluar la calidad de la vida: PSA (Pensar, Sentir y Actuar) Ver en la Tesis de Grado PUJ reseñada.
11 Trujillo 2002, Texto Inédito
12 En relación con los estilos de vida y su incidencia en la longevidad (es decir respecto de la calidad de la vida en la juventud
y sus repercusiones en la calidad de la vida en la ancianidad) es clásico el artículo «Investigación longitudinal y psicogerontología»
de la profesora Esther Contreras C. de Leer. También en este campo destacamos la compilación realizada por Nussbaum y Sen:
La Calidad de Vida
13 Cecilia Uribe Valdivieso realizó una excelente reseña de las obras que sobre las transiciones ha escrito el autor William
Bridges.
14 Baltes, Lindenberger, Staudinger 1998
15 Teoría de la Motivación Humana
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FORMULACIÓN DE UN MODELO TEÓRICO DE LA CALIDAD DE LA VIDA DESDE LA PSICOLOGÍA 93
conducentes a objetivos que constituyen otra
forma de concebir la motivación humana, la cual
puede servir como modelo de la búsqueda de
una mejor calidad de vida como motor del
comportamiento humano. Es decir, el viejo
problema de la satisfacción de las necesidades, que
en el pasado se abordara analíticamente a través
de los estudios puntuales de carencias específicas,
bien desde los modelos hidráulicos (carga y
descarga, tensión y placer) o a través de modelos
jerárquicamente organizados por niveles y
categorías, pasando por los modelos de estímulorespuesta
o los modelos de sistemas
retroalimentados (servo-asistidos) de equilibración,
desequilibración, reequilibración, puede requerir
ahora de una nueva formulación desde una mirada
holista, acorde con la psicología hórmica, es decir,
considerando los propósitos como motivadores
de las acciones humanas.
La pregunta por el mejoramiento de la
calidad de la vida cobra nuevo sentido, entonces,
para la psicología, desde una perspectiva
integradora de la motivación y del desarrollo, o
dicho de otra forma, desde la perspectiva de los
proyectos de vida humanos. En el contexto de
los proyectos de vida se halla un nuevo significado
a la búsqueda de comprensiones acerca de las
necesidades y sus satisfactores, así como también
a la indagación respecto de la valoración objetiva
o subjetiva de los estados y movimientos
involucrados en los procesos de satisfacción o
insatisfacción, de mejoramiento o empeoramiento
de la calidad vivida.
Desde las consideraciones anteriores se
puede apreciar, someramente, la envergadura de
la pregunta por la calidad de la vida durante el
ciclo vital, y el amplio espectro de asuntos
complejos que cobija. Responder esta pregunta
responsablemente, puede implicar el considerar,
al menos, los tres ejes temáticos que sugerimos en
los párrafos siguientes, por medio de los cuales y
en consonancia con los planteamientos anteriores,
consideramos que la psicología puede aportar al
diálogo interdisciplinario sobre la calidad de la
vida. Cada uno de dichos ejes tiene dos polos y
relaciones entre éstos, y también guarda relaciones
interactivas con los demás. Ellos son:
a) Persona–sociedad y las relaciones entre
ellos hacen referencia a los distintos tipos de
individuos, grupos sociales y entornos en que
transcurre la vida, como por ejemplo la familia, el
vecindario, la iglesia, la escuela, el pueblo o ciudad,
las instituciones, etc. Este eje puede llamarse eje
ecológico, siguiendo la inspiración de Urie
Bronfenbrenner, y busca dar cuenta de los
diferentes ámbitos en que se construye o destruye
la calidad de la vida. Puesto que son personas
individuales las que pueden conservar o modificar
sus propios estilos de vida, pero no lo hacen
aisladamente de la sociedad en que viven, la cual
procede a mejorar o empeorar las condiciones
de la existencia de sus miembros. Se pueden
reconocer (distinguir más no separar) «estilos» de
vida personales, por una parte y «condiciones»
inmediatas y mediatas del entorno, por otra, siendo
posible precisar en la calidad de la vida desde sus
componentes personales hasta los ambientales y
culturales. Este eje podría también llamarse eje del
nivel de resolución, puesto que podemos precisar
a qué nivel desagregamos el modelo de la calidad
vital en sus componentes, por ejemplo, a nivel
individual, familiar, grupal, comunitario, social,
sincrónico o diacrónico, etc. En lenguaje ecológico:
microsistemas, mesosistemas, exosistemas,
macrosistemas y cronosistemas.
b) Objetivo–subjetivo, En este eje los
polos se relacionan según las diferentes formas y
tipos de intersubjetividad. Puesto que, así como
hay aspectos de la calidad de vida objetivables,
algunos de los cuales son cuantificables y
mensurables, también hay aspectos de la calidad
vital que no son medibles, sino que constituyen
valoraciones subjetivas de algo que, interna o
externamente, incide en la calidad vital. Así, nos es
posible encontrar cómo el efecto de una misma
realidad objetiva particular en el bienestar, puede
ser valorada diferencialmente por dos o más
personas que se relacionen con ella.16 Este es un eje
epistemológico en la medida en que alude a las
maneras en que el sujeto interactúa con los objetos
de su conocimiento (que pueden ser otros sujetos
o él mismo), y por tanto, tiene que ver con el viejo
problema entre la razón y la experiencia como
16 El efecto de la percepción subjetiva sobre el desarrollo tiene, en ocasiones, una potencia mayor que los aspectos objetivos,
según varios estudios compilados en La Calidad de Vida. Nussbaum y Sen.
94 SERGIO TRUJILLO- CLAUDIA TOVAR- MARTHA LOZANO
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17 Max Neef, Elizalde y Hopenhayn mencionan que «...la universalidad de lo subjetivo no se puede soslayar. El carácter social
de la subjetividad es uno de los ejes de la reflexión sobre el ser humano concreto. ...Hablar, en cambio, de necesidades humanas
fundamentales obliga a situarse desde la partida en el plano de lo subjetivo-universal, lo cual torna estéril cualquier enfoque
mecanicista». Página 37
18 Ver en «Perspectivas sociológicas del ciclo vital» de Bernice Neugarten y Nancy Datan
19 Op. Cit.
20 Una ampliación sobre el desarrollo y la libertad aparece en algunos artículos de Sergio Trujillo García, con base en las teorías
de Freud, Piaget, Vigotsky , Wallon, Erikson y otros autores.
fuentes de conocimiento válido. Al fin y al cabo, la
calidad objetiva de la vida no siempre coincide con
la subjetiva. No puede pensarse que este eje replica
los polos persona-sociedad del eje ecológico,
puesto que se entiende que, lo objetivo de la calidad
de vida, puede referirse a características de una
persona, de un grupo, de una sociedad o de una
cultura, al igual que respecto de una persona o de
una colectividad pueden precisarse algunos
criterios subjetivos de la calidad vital, por ejemplo,
en función de una cultura regional. Por otra parte
se encuentra que la sociedad funciona como un
agente regulador con un conjunto de acuerdos
intersubjetivos, sobre el cual descansa buena parte
de la mirada objetiva, y también una evaluación social
compartida que se interioriza y es subjetiva (Brock,
1997). Dichos acuerdos se hacen en pro del
bienestar tanto individual como colectivo, en esta
medida y siguiendo los planteamientos de Diener
(2000), (quien define la calidad de vida como
bienestar), el carácter subjetivo de la calidad de vida
estaría dado en términos de la satisfacción y la
percepción que tiene un sujeto sobre su propia
vida en dominios como el laboral, el afectivo,
familiar y social entre otros. Lo que caracteriza al
juicio subjetivo es que los juicios de valor
concernientes a la persona y su condición respecto
a hechos materiales y psicológicos, corresponden
al mismo individuo acerca de cómo éstos afectan
su propia calidad de vida (Brock, 1993). Por otro
lado, el carácter objetivo de la calidad de vida estaría
dado por categorías o indicadores cuantificables y
mensurables tales como aspectos de la salud,
vivienda, educación, ingreso económico,
estabilidad laboral y funcionamiento social en
general, entre otras. Es prudente considerar que
«subjetivo» no es necesariamente sinónimo de
«particular», puesto que también lo universal tiene
una dimensión subjetiva, o dicho de otro modo,
lo subjetivo es también universal.17
c) Biografía–historia: Buscando representar
la dimensión temporal de la calidad de la vida, se
formula el tercer eje que se podría llamar eje del
desarrollo a través del ciclo vital. En él se distingue un
polo histórico, en el sentido de la historia colectiva
(tiempo histórico y tiempo social18) y un polo
biográfico, en el sentido de la historia de cada
individuo (tiempo de vida19), en la cual podremos
reconocer características heredadas, otras aprendidas
y también aquellas que son fruto de decisiones de
cada persona, y que contribuyen con el
mejoramiento o empeoramiento de la calidad de
vida. De allí se deriva que en este eje del desarrollo,
histórico y ontogenético, se puede incluir lo que
acontece en el curso de la vida y lo que las personas
hacen con lo que les acontece, de donde fácilmente
se desprende que la calidad de la vida cambia
evolutivamente en función de factores heredados,
aprendidos y de la libertad que es posible gracias al
ejercicio de la voluntad.20 Este eje da profundidad
al modelo propuesto, es decir, constituye el eje Z
que da volumen a los ejes X y Y mencionados.
Entonces, durante el curso de la vida se
transforma su calidad en función de la interacción
dinámica entre los diversos factores que la
constituyen, por cuanto una tarea necesaria en su
estudio será la de identificar estos componentes y
la de reconocer las diferentes interrelaciones y
cambios que pueden asumir a lo largo del devenir
individual y colectivo.
Este modelo teórico responde a una opción
epistemológica por un modelo contextual
dialéctico del desarrollo, como el que caracteriza
a la perspectiva del Ciclo Vital, opción enmarcada
en un paradigma sistémico como posibilidad de
abordaje de la complejidad, que permite la
utilización respetuosa de distintas teorías y métodos
de investigación.
Atendiendo a Max Neef, tendríamos que
admitir un número finito de necesidades y también
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ANEXO N° 1
AMBITO CATEGORÍAS SUB-CATEGORÍAS
En relación
consigo
mismo
(persona)
En las
relaciones con
otros cercanos
(familia nuclear
y extensa,
grupos,
vecindario)
En relación
con la
comunidad
(barrio,
parroquia,
comuna,
municipio)
En relación
con el país y la
región
Autovaloración
Autoconfianza
Transiciones
Autonomía
Autogestión
Relaciones con
pares etáreos
Relaciones
intergeneracionales
Relaciones de
pareja
Roles de género
Autoimagen y
autoestima
Autoestima, autoconcepto, autoimagen
Autocuidado. Identidad.
Seguridad/inseguridad
Tranquilidad/manejo de la tensión
Perspectiva de la propia muerte
Jubilación, desplazamiento forzoso, enfermedades, menopausia,
envejecimiento
Control de la propia vida: administración del tiempo y previsión.
Discernimiento, decisión y acción de Proyecto de Vida
Iniciativa, empoderamiento, perseverancia. Proyecto de vida
Competencias comunicativas: escucha activa, asertividad, empatía, expresión
de sentimientos, respeto
Vínculos afectivos, pertenencia a grupos, confianza, participación, liderazgo,
desarrollo de proyectos, cumplimiento de metas, productividad. Diversión
compartida
Generación y ghetos culturales
Afrontamiento y solución de conflictos, tolerancia, resiliencia
Muerte y duelo, enfermedades, desplazamiento, viajes, cambios de vivienda
Competencias comunicativas: escucha activa, asertividad, empatía, expresión
de sentimientos, respeto
Vínculos afectivos, confianza, herencias culturales (poder enseñar)
Abandono y soledad
Cooperación vs. Rebeldía.
Respeto vs. Maltrato
Repetición de roles vs. Creatividad
Transiciones: nido vacío, envejecimiento, separación, desplazamiento, jubilación,
enfermedades, muerte
Competencias comunicativas: escucha activa, asertividad, empatía, expresión
de sentimientos, respeto
Vínculos afectivos, confianza, compañía, comprensión. Infidelidad
Proyecto compartido de vida
Transiciones: Viudez, Separación, Nido vacío, desplazamiento, secuestro,
enfermedades, vejez, jubilación, menopausia
Machismo
Madre/Mujer/Madre trabajadora
Mujer cabeza de hogar,
Envejecimiento diferencial
Participación o indiferencia. Foco de control externo, autoestima negativa,
desesperanza aprendida, profecía autocumplida. Sentido de pertenencia,
asistencialismo, paternalismo. Corrupción, ineficiencia. Políticas neoliberales,
satisfacción de necesidades básicas: vivienda, servicios públicos, salud, educación,
(educación y desarrollo, salud y desarrollo, trabajo y desarrollo, etc.) trabajo,
recreación, pensión, SISBEN, ISS, etc.
Dependencia, pobreza, injusticia, inequidad
Asistencialismo, paternalismo, desprotección
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la variabilidad histórica y cultural de los
satisfactores. Se considera que los ejes propuestos,
en interacción dinámica, permiten realizar una
aproximación sistemática a la calidad de la vida
durante el ciclo vital. Teniendo en cuenta el
conjunto de los ejes X,Y,Z, parece posible
categorizar la calidad vital desde la psicología,
dándole «cuerpo» al «esqueleto» hasta ahora
propuesto, si se comienza la búsqueda, para cada
coordenada del modelo, tanto de las necesidades
como de los satisfactores y los bienes
correspondientes en un grupo humano específico
y en un momento histórico y biográfico
delimitado. Este es un trabajo de campo que ya
comenzó a realizarse en el proyecto de prácticas
en Calidad de Vida y Ciclo Vital, con adultos
mayores de tres comunidades en Soacha y Sibaté
(Cundinamarca), el cual ha pretendido, a lo largo
de dos años, describir y caracterizar los factores
psicológicos que inciden en la calidad de la vida,
para llegar a comprenderla articulando la teoría
con la práctica.
El modelo propuesto permite pensar el
desarrollo y la calidad de la vida de maneras
alternativas. Así por ejemplo, frente a la abundancia
de estudios sobre el desarrollo durante la infancia
y la niñez, es decir cuando más similaridades existen
entre todos los seres humanos, el modelo permite
acceder al conocimiento de las distintas categorías
que componen las grandes diferencias individuales
propias del desarrollo de adultos y ancianos, así
como modelar de manera plástica las
características, relaciones y pesos relativos de cada
factor en un individuo o grupo durante un período
determinado.
Al ubicar las coordenadas entre los tres ejes
propuestos, se pueden formular preguntas e
hipótesis de investigación específicos en aspectos
puntuales pero complejos de la calidad de la vida
durante el desarrollo, que poco a poco se podrán
relacionar con otras coordenadas, construyendo
una teoría psicológica de la calidad vital.
Una posible agenda en la utilización del
modelo, incluye aspectos como los siguientes:
• Este es un modelo construido a partir del
trabajo con adultos mayores, pero es útil para
entender la calidad de la vida en todos los
momentos del ciclo vital. Por otra parte,
muchas de las categorías de la calidad de vida
adulta no son exclusivas de la adultez, ni
excluyen relaciones con categorías de la calidad
de la vida de otras generaciones.
• La definición de coordenadas en el modelo
propuesto, exige formular para cada una de ellas,
preguntas de investigación e hipótesis, decidir
diseños de investigación, construir y aplicar
instrumentos, recoger información, sistematizar,
analizar e interpretar esta información, tarea ardua
si se consideran todas las posibles coordenadas,
pero tarea posible que enriquecerá a la psicología
y al diálogo interdisciplinar.
• Simultáneamente con la formulación del modelo,
se viene trabajando en el mejoramiento de la
calidad de la vida con adultos mayores de tres
comunidades, con base en algunos aspectos de
las categorías que se han identificado
inductivamente en el trato con ellos o que se han
planteado deductivamente desde la lectura y
discusión de otras investigaciones.21
• Es muy importante resaltar que dichas categorías
(encontradas o construidas), coinciden en su
formulación general con los tres principales
aspectos de la calidad de la vida que viene
utilizando Naciones Unidas (CEPAL – CELADE) para
la formulación y el seguimiento de políticas de
calidad de vida en la adultez mayor: Bienestar y
Salud, Redes de Apoyo Social y Seguridad
Económica. Esta coincidencia indica que el
camino a seguir, en sintonía con las políticas
internacionales, debe priorizar las categorías más
directamente relacionadas con estos tres aspectos.
• Aprovechando el contacto que se tiene con
comunidades de adultos mayores, es posible
continuar con la profundización en los
conocimientos sobre la calidad de la vida en este
momento evolutivo del ciclo del vital, pero
también es posible y deseable comenzar a integrar
otros momentos del desarrollo y otros ángulos
21 Anexamos una matriz con las categorías identificadas hasta el momento. Ver anexo N° 1.
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FORMULACIÓN DE UN MODELO TEÓRICO DE LA CALIDAD DE LA VIDA DESDE LA PSICOLOGÍA 97
de su estudio que pueden aportar, desde la solidez
que han alcanzado, interesantes perspectivas al
estudio de la calidad de la vida. Por ejemplo, el
papel sobresaliente y que ya se ha vislumbrado,
de las relaciones entre los seres humanos en la
cualificación o deterioro de la calidad de la vida,
puede asumirse desde las teorías de las relaciones
vinculares. Ello enriquecería los estudios sobre el
vínculo afectivo más allá de la infancia y la niñez
y podría rescatar su determinante participación
en la calidad de la vida.
• Es importante comenzar a despejar en cada
cuadrante del modelo aquellos aspectos de la
calidad de vida que son «psicológicos» por
excelencia y deslindar y precisar sus relaciones
con otras dimensiones, a fin de formular
interdisciplinariamente algunas acciones
conjuntas que redunden en su mejoramiento.
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